martes, 24 de mayo de 2011

La vida en unas décimas

Ahora que todo el mundo habla de la excelencia educativa y que se aproxima, un año más la temida PAU, es un buen momento para preguntarse si, segregaciones aparte, se puede formar alumnos excelentes con un Bachillerato tan obsoleto y arcaico como el que tenemos, un Bachillerato basado en la acumulación memorística de contenidos –contarreloj, por supuesto- y en su posterior traslación quasi mecánica a un folio en blanco.

En el caso de las Humanidades y, concretamente, de la asignatura que imparto - Lengua y Literatura Española-, el curso de 2º de Bachillerato no puede ser más desmotivador para nuestros alumnos, pues les forzamos a ingerir un listín telefónico de obras y autores que ni tendrán tiempo de leer ni se les pedirá comentar en su examen, donde –al menos, en la Comunidad de Madrid- se prohíbe que el texto de la prueba de Selectividad sea de naturaleza literaria, no vayamos a fomentar por error la creatividad y el gusto por la lectura en nuestros alumnos.

A cambio, comprobaremos que, tras sus años de ESO y Bachillerato, nuestros chicos son capaces de analizar sintácticamente oraciones de cierto nivel mientras que tienen dificultades para captar la ironía en una columna periodística, les resulta excesivamente complejo resumir con propiedad un texto o, como he comprobado este año, desconocen el significado de palabras como pompa o boato. La culpa, diremos, es suya por no haber adquirido el hábito de la lectura, aunque quizá no estaría de más preguntarse si, durante sus años de Secundaria y Bachillerato, les hemos ayudado a adquirirlo. Si les hemos llevado a convertirse en receptores críticos y autónomos o si nos hemos limitado a pedirles que señalen sujetos, predicados y complementos varios en una continua vorágine morfosintáctica.

Habrá quien, pese a todo, insista en la que la excelencia consiste en la segregación. Y quien argumente que faltan medios digitales y pizarras interactivas. Pero la interactividad no falla en las TIC, sino en el día a día, en unas aulas ancladas –a menudo- en interminables y estáticas clases magistrales donde se recorren temarios imposibles para hacer pruebas preuniversitarias que nada demuestran –salvo quién tiene mejor memoria o mayor capacidad de aguante-, pero que, eso sí, servirán para que nuestros alumnos se jueguen su futuro en apenas unas décimas. Sin duda, estamos ante un ciclo formativo excelente, de principio a fin.

7 comentarios:

Sinclair dijo...

Se me ocurren varios chistes a propósito de lo de que no conozcan la expresión "pompa y boato", en fin...
Desde mi materia el problema es que el bachillerato es muy corto y agobiante, hay que dar demasiada materia y a veces no se puede profundizar más allá de los procedimientos. Ahora se ha replanteado 4º de ESO, desconozco si hay planes para abordar el bachillerato

Arual dijo...

Y se puede saber cómo tiene que ser el texto si no es literario, ha de ser un texto del Cuore mejor??? Vamos, vamos!!!

David dijo...

Y lo más triste es que esa tendencia empieza a extenderse también por la universidad...

Noelia dijo...

Demasiada tecnología y cada vez menos atención prestada a los alumnos. La educación se supone que era para ellos, pero se está convirtiendo en un negocio más.

Alberto G. (@albertogp123) dijo...

Muy buenas,es la primera vez que comento en el blog y es que estoy de acuerdo con tus palabras. Tanto el 1º como el 2º de bachillerato son una locura, no hay margen para la creatividad, para el estudio pausado y relajado de los períodos literarios, para la lectura de textos y su análisis en torno a la coherencia. Se trata de la acumulación de unos actos mecánicos que deben repetir una y otra vez. La solución está en un cambio de currículos urgente, más horas en 1º, menos contenidos y más margen de maniobra que de una oportunidad a la imaginación y a la creatividad.
Un saludo

A. Martín dijo...

También es mi primera vez en este blog, pero al igual que Alberto, llevo años pidiendo un cambio radical en los currículos, ¿no tenéis la sensación de que habitamos en universos paralelos a los de nuestros chavales?, no saben leer, no leen, no saben escribir, ni quieren, y no sólo los apabullamos con la gramática, qué me decís de ese 3ºde la ESO cuyo primer efrentamiento - y digo bien: enfrentamiento- con la literatura es la medieval, si, como tú bien dices, no captan la idea de un texto actual...
No les culpo, me repito a diario que algo estamos haciendo mal, desde primaria les enseñamos qué es un sustantivo y llegan a Bto. confundiéndolo con un adverbio, y no digamos el atributo y el complemento circustancial de modo... algo estamos haciendo mal... habría que echarlo todo abajo y replantearlo de nuevo... todo

Fernando J. López dijo...

Alberto y A. Martín, bienvenidos. Mil gracias por pasaros por aquí y aportar vuestra propia visión sobre estos temas. Esa es la idea de este blog (y de la novela con la que está relacionado): comentar, debatir, intercambiar puntos de vista... Y, sobre todo, reflexionar juntos sobre un tema que, lamentablemente, no parece ocupar el tiempo que debiera: la educación. Un saludo.