jueves, 28 de julio de 2011

Un profesor cualquiera

El pasado 26 de julio se celebró una asamblea por la Educación Pública en el IES San Isidro de Madrid. La sala, a rebosar, daba cuenta de hasta qué punto nos importa a todos la grave situación e la educación pública (no solo en nuestra Comunidad, sino también en otras donde, como es el caso de Galicia, ya se ha convocado una huelga en firme para septiembre). En su momento, di cuenta en Twitter de cuanto allí pasaban mediante el tag #profes26j, así que esta vez me van a permitir que no haga un resumen objetivo (pueden encontrarlo fácilmente en El País, donde dieron cumplida cuenta de lo allí tratado), sino que manifieste -humildemente- mi opinión. La opinión -totalmente subjetiva- de un profesor cualquiera de Secundaria, sin pretender representar con ella a ningún grupo o colectivo. Y lo advierto porque, seguramente, muchas de las afirmaciones que haré en este post no serán del gusto de todos (ni, quizá, demasiado populares) pero necesito y deseo expresarlas con toda la franqueza posible. Allá vamos.

En primer lugar, me gustaría felicitar por su claridad y sensatez a José Luis Pazos, presidente de la FAPA Giner de los Ríos, que tuvo -bajo mi punto de vista- la mejor intervención de la tarde. Y fue la mejor porque fue tan clara y tan crítica como poco exaltada, recordando que las familias están tan crispadas y preocupadas como los docentes y que, por eso mismo, debemos sumarnos todos a la lucha. Según sus propias palabras, “estas instrucciones no atacan al profesorado, sino que atacan a la comunidad educativa en su conjunto” y, por eso mismo, estamos ante “una lucha de toda la comunidad educativa”. Esa unidad, según su opinión, requiere que “vayamos juntos en los acuerdos que tomemos”, incluyendo una posible huelga que -y me ciño a sus palabras- “para que sea compartida y apoyada por las familias tiene que ser compatible con las necesidades de las familias y, especialmente, con los derechos del alumnado”.

Hubo quien reaccionó protestando contra ese "apoyo condicionado" que se prestaba a nuestras movilizaciones y, por supuesto, sonaron muchas voces a favor de una huelga indefinida a partir de septiembre. Los ánimos están caldeados y todos sentimos el ataque como propio, pues las medidas afectan no solo a nuestro trabajo, sino a algo mucho más amplio y trascendente: a la educación pública, un pilar de la sociedad que ha costado mucho cimentar y que ahora mismo, al igual que ocurre con la sanidad, está en riesgo. Peligro de extinción ante el que hemos de luchar juntos y unidos, con todas las armas que están en nuestro alcance.

En ese sentido, podemos argumentar que es preferible que los alumnos pierdan unos días de clase a que pierdan cualquier esperanza de futuro, pues -por culpa de estas medidas- ya no recibirán una formación que les permita alcanzarlo. La lucha -el fin último- requiere fórmulas extremas, sí, pero también es cierto que no podemos batallar solos y que, en última instancia, los alumnos y sus familias no pueden ser las víctimas de nuestra guerra. Ellos no son nuestros enemigos, son -y lo están demostrando- nuestros aliados. Al respecto, José Luis Pazos también se quejó de que los padres "habían sido alejados de la vida en los centros", crítica que no sentó demasiado bien (curioso: se nos llena la boca con el 15M y su supuesta ola reivindicativa, pero cuando alguien nos dice una verdad dolorosa, lo rechazamos) y pidió que les dejáramos ayudarnos así como volver a entrar en los centros y cooperar con nuestra labor. "Es imposible cambiar la educación pública solo en seis meses" sentenció y dio, de nuevo, en la diana.

Personalmente, y tras tres horas y media de asamblea con intervenciones -a menudo- demasiado extensas (¿por qué contamos todos nuestra experiencias yoístas una y otra vez, si para eso tenemos foros virtuales? ¿por qué se dieron tan pocas ideas concretas? ¿por qué falto el espíritu de acción -mucho más concreto y eficaz- de la asamblea en el Beatriz Galindo?) solo llegué a las siguientes conclusiones:

1. Estamos, pese a la diversidad de ideas y opiniones, todos unidos. Las medidas de la Comunidad de Madrid son un ataque sin precedentes contra la educación pública. La actuación ha de ser inmediata y contudente y todos -más allá de etiquetas políticas- estamos concienciados de ello y dispuestos -espero- a acatar las decisiones que tome la mayoría. De lo contrario, será imposible que se nos oiga.

2. La huelga es el gran punto a debatir en la siguiente asamblea (31 de agosto, 12 h, sede de CCOO) y no es un tema en el que haya consenso. Por mi parte, creo que ha de ser una huelga meditada, consensuada y compartida con las familias. La Comunidad cuenta ya con ella -por supuesto- así que, para que resulte eficaz, no podemos darle más balas en nuestra contra. Ha de ser una huelga racional y significativa y, para ello, necesitamos a los medios: lo que más teme el PP madrileño es lo mucho que deterioran su imagen, máxime en este ambiente de posible adelanto electoral.

3. El concepto de huelga indefinida me parece irrealizable y poco hábil. En primer lugar, no creo que ayude a sumar padres y alumnos a nuestra causa y, sobre todo, no lo veo factible. Teniendo en cuenta que apenas el 50% de los asistentes a la asamblea del 26 fue capaz de quedarse allí durante las tres horas que duró (normal, muchos tenían compromisos familiares y personales), ¿lo serán de soportar una huelga indefinida (contando con esos mismos compromisos y obligaciones)? Llevo ya unos años en esto y, en las últimas convocatorias, siempre hemos sido muy pocos profesores -un porcentaje entre triste y ridículo- los que nos hemos manifestado contra recortes que ya anunciaban lo que este curso tan solo se confirma. No podemos volver a iniciar una acción con seguimiento escaso que solo nos desgaste, desuna y debilite. El puñetazo en la mesa ha de ser firme, pero también unánime. Y cuantos más puños golpeen esa mesa, mucho mejor.

4. Se mezclaron, en ciertas intervenciones, las demandas de esa asamblea con el movimiento 15M. Personalmente, no me parece ni oportuno ni inteligente mezclar ambas cosas. Cuantos más motivos -externos- de desunión incluyamos en la protesta, más nos disgregaremos. Claro que hay puntos coincidentes, pero no todos los que estamos luchando contra las medidas de la Comunidad de Madrid creemos en el ideario del 15M ni nos indentificamos plenamente con los indignados. Tampoco me parece que nuestras asambleas educativas sean el foro para debatir eso (igual que otros que estamos implicados en diversas causas -como pueda ser la causa LGTB en mi caso- no las sumamos a ese debate). Debemos centrarnos, unirnos y delimitar objetivos. No viene al caso polemizar -como pasó en cierto momento de la asamblea- sobre el "no les votes" , ya se esté a favor o en contra de esa idea, por ejemplo. Ciñámonos a lo que nos une y a lo que require nuestra actuación: la escuela pública.

5. Sigue faltando información y sigue siendo esencial la labor en cuanta red social podamos manejar. No podemos pretender que la sociedad nos escuche si nos quedamos en cómo va a cambiar nuestro horario. Lamentablemente, no somos los únicos que han visto deterioradas sus condiciones de trabajo, así que eso no nos hará ganar apoyos, solo permitirá desvirtuar nuestra queja y fomentar la idea -muy asentada- de lo vagos que somos. Hay que comunicar lo que está sucediendo desde el punto de vista del alumno -que es el verdadero protagonista-, hay que explicar que el hecho de que haya más de 1000 funcionarios sin centro asignado y 3000 interinos sin trabajo impedirá que los institutos puedan atender a los chicos. Hay que hacer ver que la supresión de la hora de tutoría creará enormes problemas de convivencia en las aulas. Hay que hacer entender que el salvaje recorte de profesores por centro -que permite esos despidos y esas no asignaciones- es tan grave que impide empezar el curso, pues se hacinarán 40 estudiantes por clase y no habrá refuerzos, desdobles, compensatoria, extraescolares... y, en definitiva, todo lo que necesitamos tener para frenar las altísimas tasas de fracaso y abandono escolar que padecemos.

6. La lucha de todos, como dijeron varios compañeros, debe unir sectores. Intantil, primaria, secundaria, Artes escénicas y musicales, EOI... Nos empeñamos en poner barreras (directores vs. claustro, interinos vs. funcionarios, primaria vs. secundaria, enseñanza obligatoria vs. no obligatoria...) y cuanto antes nos demos cuenta de que estamos todos en el mismo barco, mucho mejor.

7. Falta autocrítica. Me resultó lamentable escuchar como cierta representante sindical decía que "aunque haya quien no hiciera la tutoría, hay que decir que se hacía. No nos tiremos piedras". Lo siento, pero sin autocrítica nunca tendremos credibilidad. Rechazo, de pleno, el corporativismo -en este y en cualquier gremio- y exijo que se cumplan las obligaciones con seriedad, igual que exijo que se nos recompense por ello. Quiero que me devuelvan la tutoría porque es un instrumento pedagógico imprescindible, pedro también quiero que esto sirva para que todos nos planteemos qué estábamos haciendo mal y cómo hemos de solventarlo. Y no, no me parece peligroso que se nos oiga algún mea culpa de vez en cuando, porque eso nos hace más honestos, porque estamos educando y debemos de dar ejemplo con nuestra sinceridad y con nuestra lucha, porque quienes nos implicamos en esto -y somos muchos: la mayoría, seguramente- estamos hartos de tener que dar la cara por la minoría que tanto se esfuerza en desprestigiarnos al resto. Y sí, claro que hemos echado a los padres de los centros, igual que hay padres que acuden a los mismos buscando en nosotros a un enemigo y no a un aliado. Todos tenemos que reflexionar y aprender a trabajar en equipo.

Todos -profesores, padres, alumnos y medios- debemos asumir cuanto antes nuestra responsabilidad y cohesionarnos contra un enemigo común, un enemigo hostil, fuerte y poderoso cuyo fin último es privatizar un derecho de todos: la educación pública.

16 comentarios:

  1. Hablas con mucha sensatez, Fernando. Pero no podemos olvidar que es difícil llamar la atención sin perjudicar de algún modo a alguien. Por otro lado, tampoco nos sobra el prestigio como para pedir comprensión. En todo caso, creo que lo importante ahora es sumar ideas y, una vez nos decidamos por algo, estar unidos. A propósito, me gustaría aportar un argumento:
    tenemos que buscar razones que sirvan para que la opinión pública (especialmente la de los padres) entienda la gravedad de la situación. Me temo que hay mucha gente que está a favor de la educación pública pero acepta con resignación y silencio los recortes porque entiende que ahorrar ahora es la única manera de que sea viable en el futuro. Creo que este razonamiento es equivocado pero racional, así que habría que cuestionarlo con argumentos: el primero de ellos es, evidentemente, que la pública ha sufrido un enorme recorte y la concertada, en cambio, un pequeño aumento de la financiación; en segundo lugar, que la Comunidad de Madrid alardea de tener el déficit perfectamente controlado. Entonces, ¿qué justificación tienen estos recortes? ¿O es que más bien son desvíos? Ahí van dos enlaces para justificar todo lo que he puesto arriba.

    http://www.elpais.com/articulo/madrid/Madrid/reduce/gasto/medio/alumno/centros/publicos/elpepiespmad/20101201elpmad_4/Tes

    http://www.madrid.org/cs/Satellite?c=CM_Actualidad_FA&cid=1142635798497&language=es&pagename=ComunidadMadrid%2FEstructura&pid=1273078188154

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  2. Lo que dice Juan Pablo es bastante cierto, pero habría que añadir elementos de debate para cargarse aún más de razones en pro de la enseñanza pública, como puede ser, por ejemplo, el hecho de que tener un hijo en la enseñanza privada pueda llegar a desgravar hasta mil euros en la declaración de la renta(Ahora mismo no tengo la noticia a mano, pero ya os enviaré el enlace). A mí esto me parece, lo digo como lo siento, inmoral, porque con todo el dinero que las arcas de Hacienda no van a recaudar se podría sufragar no sé si todo, pero sí buena parte de las aulas de enlace, los desdobles y tantas de los elementos que hasta ahora venían sirviendo para compensar un poco las desigualdades de muchos tipos con las que llegaban nuestros alumnos. Y termino con un punto de reflexión que ya apunta Fernando: parece mentira que siendo docentes hubiera el martes tantas personas repitiendo lo mismo y haciendo gala del más triste ombligismo. Así es imposible ser eficaces y no digamos dar respuestas rápidas a tantos problemas como tenemos en el horizonte.

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  3. Marchando un enlace sobre el tema de la desgravación fiscal, que también, es cierto, es muy serio, y que se suma al "desvío" que es en gran medida este "recorte":
    http://www.suite101.net/content/desgravacion-fiscal-por-los-gastos-de-los-colegios-privados-a40845

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  4. Es verdad que existe el peligro de la desunión, de que los padres se descuelguen ante una huelga indefinida, pero si no se toman medidas contundentes, será un fracaso. Las medias tintas no han servido de nada y no servirán de nada... Nunca estaremos todos; hay que convencer a los padres, sí, con información y abriendo puertas, sin duda, pero también a aquellos que están hartos de los sindicatos y de sus medias tintas y sus compadreos y de su falta de autocrítica y de sus discursos huecos (lo curioso es que ellos estaban sentados en la mesa y aparte de hacerse una foto, hicieron escasa autocrítica el 26 -también estuve allí-)
    La comunicación es vital y va a decidir el destino de todo: ahora en los medios aparecen mucho más los recortes en sanidad que los de educación... algo está fallando en la información y cómo llega a los medios. En eso el 15-M nos puede enseñar mucho... hay que saber explicarlo, pero con claridad y sencillez.
    Por último, soy pesimista. Creo que sigue funcionando el "yo voy a lo mío". Tenemos un mes para cambiar esa tendencia, pero el otro problema es el "no voy a quemarme más" de los que nos implicamos de una u otra manera. Y ese es el más peligroso; somos muchos los que estamos hartos de palabras... que no se quede sólo en eso.

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  5. Si vamos a 21 hrs lectivas que sea PARA TENER GRUPOS MENOS NUMEROSOS Y DAR MEJORES CLASES no para que DESPIDAN A 3.000 PROFESORES

    El tema de las tutorías es importante pero lo más importante es que entiendan que este curso no lo vamos a empezar con un sólo profesor menos.

    En cuanto a la autocrítica, está claro que es necesaria pero no es inteligente hacerla precisamente cuando nos atacan y desprestigian no con intención de hacernos mejorar, sino de acabar con la escuela pública y con la función pública en general.

    En cuanto al 15M: Lo inteligente es sumar. A mi no me representan los partidos políticos ni los sindicatos, pero si apoyan la enseñanza pública les agradezco que estén ahí. Lo mismo que al 15M.

    Esta es mi opinión y no me gusta un pelo el papel paternalista y protagonista que creo que empiezas a desempeñar, Fernando. Haz un poco de autocrítica tú tambien, que tienes 3000 compañeros despedidos y te dedicas a ensalzarte a tí mismo como gran profesional como si los profesores interinos que están a día de hoy en la calle no lo fueran. Dales a ellos la importancia y el protagonismo que se merecen, que son los más débiles y es su pan y su acceso o permanencia en la profesión que como tú aman lo que está en juego.

    Los demás debates necesarios, se andarán, pero no les hagas el juego mezclando cosas tú justo en este preciso y definitivo momento. No les des argumentos, ya que no los tienen.

    Lo urgente es que los alumnos den clase en condiciones y que tus compañeros coman y tengan un trabajo digno, así que centrate un poco, hombre.

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  6. JUAN PABLO y CHEMA: muchas gracias por vuestras ideas y aportaciones, bien defendidas y razonables. En mi caso, solo pretendo dar aquí mi opinión para seguir sumando voces y debatiendo, pues aprendo mucho de lo que vais opinando los demás. Como decís ambos, lo importante es que se secunde la decisión de la mayoría y, en ese sentido, creo que todos vamos en el mismo camino.

    ANÓNIMO: En primer lugar, este blog es un blog personal y, por tanto, en él me limito a dar mi visión (subjetiva, lo dejo bien claro en todos los posts) de cuanto tema trato, sin obligar a nadie ni a leerlo ni a estar de acuerdo conmigo, pero sin voluntad alguna de autocensurarme (no lo hecho jamás y no pienso empezar a hacerlo ahora). Si tanto le disgusta mi tono o mis ideas, le invito a que frecuente otras bitácoras más acorde con su forma de ver el mundo.

    En segundo lugar, creo que queda clara mi preocupación por esos 3000 puestos de trabajo, como también lo está por esos más de 1000 compañeros funcionarios que, pese a haber obtenido plaza, no tienen destino este año. No soy yo quien se centra de manera ombliguista en un único aspecto (como, me temo, hace usted, ciñéndolo todo a su circunstancia personal) y, desde luego, no pienso cerrar mi queja (personal, insisto) a un único motivo cuando creo que la educación necesita una revolución mucho más fuerte y profunda.

    En cuanto a sumar temas o movimientos políticos, sume cuantos quiera pero no nos pida que los demás hagamos lo mismo. Por cierto, me resulta curioso que, para mostrarse partidario del 15M (supuestamente tan dado a pedir autocrítica a los demás) sea usted tan impermeable a la crítica propia.

    Y, no, ni soy paternalista ni pretendo serlo, ya que aquí no doy respuestas (yo no las tengo..., tal vez usted sí) ni dogmas, solo opiniones expresadas con el mayor respeto posible (y que complementan compañeros que saben dar ideas constructivas y hacer críticas inteligentes y oportunas, en vez de exigir toscamente -como hace usted- que les den la razón).

    Y no, tranquilo, no me ensalzo, en este blog -que nació hace ya más de un año- solo hablo de mi día a día, de lo que vivo, de lo que me inquieta..., y si eso sirve para ensalzar a muchos profesionales que lo hacen muy bien en este gremio -mucha gente que, lo siento, no tiene ni su tono ni sus formas-, estupendo. Siento que compartir satisfacciones docentes le ofenda: no es problema mío.

    Y por último, sí, por mucho que a usted le sorprenda, para mí, sí es urgente el tema de la tutoría y sí es urgente una autocrítica y sí es urgente que exijamos a los demás y a nosotros mismos. Siento que no lo vea así, pero no caer en el corporativismo -auténtico cáncer de nuestro gremio- no es hacerle el juego a nadie. Es pedir aliados en el conjunto de la sociedad desde una postura honesta y sincera. Así de sencillo.

    Por lo demás, no pienso decirle a nadie por qué o por quién ha de luchar, pero le pido que nos trate a los demás con idéntica inteligencia y nos permita hacer lo mismo.
    Un saludo.

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  7. "No soy yo quien se centra de manera ombliguista en un único aspecto (como, me temo, hace usted, ciñéndolo todo a su circunstancia personal) y, desde luego, no pienso cerrar mi queja (personal, insisto) a un único motivo cuando creo que la educación necesita una revolución mucho más fuerte y profunda."

    Sí lo haces y te ciñes a una circunstancia personal muy clara: tú si tienes trabajo y tú si vas a seguir siendo profesor el curso que viene. Por eso me parece torpe y ombliguista por tu parte darle a las circunstancias que atravesamos este enfoque.

    Por supuesto eres libre de hacer lo que te de la gana como yo lo soy de decir lo que pienso.

    Y lo que pienso es que acusar de ombliguista a alguien que ha perdido su puesto de trabajo y no duerme pensando cómo va a llegar a fin de mes el mes que viene es como mínimo un sintoma de insensibilidad y poco tacto desde mi punto de vista, lamentable.

    Aquí no se está cuestionando ni el modelo tutorial ni el número de horas lectivas adecuado ni las condiciones mínimas exigibles para dar educaciónd de calidad. Aquí se está recortando salvajemente y llevandose por delante 3.000 puestos de trabajo y el acceso a la función pública docente. Y esta es la dinámica imperante no sólo en educación sino en todos los servicios públicos. Esto no es un debate sobre educación, son los albores de la extinción del modelo de enseñanza pública tal y como lo conocemos.

    Si lo quieres ver y actuar en consecuencia bien, y si no, pues en tu conciencia queda.
    Pero no se puede predicar la educación en igualdad mientras se ignoran las condiciones de una parte importante del profesorado: los interinos, esos apestados que si no tienen las mismas condiciones que nosotros, los profesores funcionarios, es porque "algo habrán hecho".

    Ahora si quieres me mandas a estudiar para aprobar una oposición como has hecho tú, que te contestaré que ya la he aprobado tres veces, y ya ves, el curso que viene seré la que te cobre en el supermercado.

    Un saludo, y feliz curso que viene.

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  8. Estimada anónima, lo siento, pero no puedo compartir ni su hostilidad ni sus agresivas maneras. No es ni mi estilo ni mi forma de ser. Y, menos aún, el modelo educativo que defiendo. Un saludo y suerte

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  9. La conclusión que saco de las manifestaciones del Anónimo es que hay mucha gente quemada. Lo entiendo; de todas formas enfrentarnos entre nosotros no va a resolver nada; yo soy funcionario en prácticas y haga lo que haga desde septiembre lo haré también por los interinos.
    Por otro lado, creo que hay que aprovechar que vienen las elecciones para convertir el tema de la educación en uno de los temas de la campaña... ¿Cómo hacerlo? Puede haber muchas maneras: a través del 15 M, a través de los sindicatos, de los partidos, de los medios. Con medidas dialogantes, pero también con medidas más contundentes (seguiré abogando por una huelga indefinida como la mejor manera de que nos escuchen... una huelga de ese tipo dos meses antes de las elecciones daría que hablar y mucho...) En fin, un otoño interesante... esperemos que a final de año hayamos conseguido algo más que una mayoría absoluta del PP. También está en nuestras manos...

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  10. Entiendo tu desazón, Anónima. No soy docente ni madre y hace cientos de años que acabé el instituto. Podría decirse, por tanto, que no es mi problema. Y, sin embargo, estoy siguiendo con todo interés este problema, apoyando en lo que puedo vuestra lucha y tratando de sacar el debate en cuanto tengo ocasión. La educación es una cuestión de todos, de la sociedad en su conjunto, y ese es el mensaje que hay que transmitir.
    Ahora bien, no entiendo ni puedo aceptar que vuelques tu (comprensible) ira hacia el autor de este blog ni hacia ninguno de tus compañeros.
    Decidir qué hacer es complicado. Las medias tintas suelen ser transparentes para el Gobierno de la CAM (aunque, me temo, en este caso ni siquiera se puede hablar de medias tintas porque en las numerosas manifestaciones y actos de protesta que se convocaron el año pasado la media de asistencia era de 50 personas), pero las huelgas salvajes os pueden hacer perder el favor de la opinión pública y, sin eso, estáis muertos. Hay dos antecedentes muy claros con el caso de los controladores y los conductores de metro y, aunque sus condiciones laborales no son en absoluto comparables, sí lo es el hecho de que en ambos casos se respondió a un atropello grave y flagrante de sus derechos laborales.
    Necesitáis a los padres (y no padres) como aliados o vuestra lucha será estéril.
    La labor de zapa que la (ultra)derecha mediática lleva ejerciendo desde hace años es inmensa. El descrédito de la pública no es nuevo y conozco a numerosos (no uno ni dos) funcionarios que abogan por un desvío de todos los fondos de la pública hacia el llamado "cheque escolar". La propaganda ha funcionado a la perfección y la única receta que conozco contra ella es la fuerza de la palabra: debatir y argumentar (os aseguro que yo aprovecho los ratos del café para tratar de convencer).
    En cuanto al 15M, puesto que se trata de sumar y no restar, existe un número enorme de docentes que en absoluto comulgan con sus ideas. ¿Tan difícil es eso de entender? Si los queréis a bordo, hay que centrar objetivos.
    Por último, favorecería mucho el debate que utilizaras algún nick en tus comentarios. El anonimato, aunque sea virtual, nunca es cómodo en el intercambio de ideas y el diálogo.

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  11. Respondiendo a López Sánchez en dos temas:
    A. La huelga y los padres.
    Nos encontramos con un problema de difícil solución. O nos negamos a una huelga por las dificultades que plantea y de las que soy consciente asumiendo entonces que no nos van a escuchar y que les resultará mucho más cómodo cualquier otro tipo de acciones que llevemos a cabo. O apostamos por una huelga preparada, trabajada con los padres antes de las elecciones que, al menos, les moleste, asumiendo que a la opinión pública la vamos a tener en contra hagamos lo que hagamos. Esa batalla ya la perdimos hace mucho. Somos funcionarios y para la gran mayoría somos privilegiados y lo seremos siempre hagamos lo que hagamos...
    B. El 15 M y la propaganda.
    Los del 15 M tienen muchos defectos y, es cierto que no todos les apoyan, pero hay una virtud que nosotros podríamos aprovechar: se dan a conocer muy bien. Esa es la parte del 15 M que deberíamos tener en cuenta; negarse a ello -porque nos puede perjudicar ante unos u otros- me parece un error.
    Concluyendo, tenemos la batalla perdida de la propaganda; ellos ya han ganado.
    Hay que apostar fuerte ahora; con inteligencia, pero con firmeza; si no, no habrá nada que hacer.
    De todas formas, por lo que vi en la última asamblea, en este asunto, el de la huelga, hay una fuerte división. La metodología nos separa... Y eso, aunque estemos de acuerdo en los contenidos y objetivos puede ser el comienzo de un nuevo fracaso y una nueva decepción...

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  12. Gracias, Lopezsanchez y Santiago por vuestros sensatos comentarios.
    Sobre la huelga, coincido con Santiago en que es complicado plantear el cómo pero, como tú, creo firmemente que debemos llegar entre todos a un consenso y seguir esa decisión de forma unánime y mayoritaria.
    En las últimas concentraciones -de este mismo curso- éramos siempre muy pocos (los mismos, en realidad) y eso es garantía de desánimo y de fracaso.
    Ojalá en la siguiente asamblea el fin pueda con el cómo y seamos capaces de ponernos de acuerdo -sabiendo que hay quien estará más a favor y quien lo estará menos- en una movilización fuerte, sólida y común.

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  13. Hola a todos:

    Fernando, gracias por tus opiniones y por tu trabajo en este blog, si me permites voy a dar las mías que en ciertos aspectos difieren ligeramente.

    En primer lugar, creo que el señor Pazos tiene su parte de razón pero a mi el tono impositivo no me gustó nada.

    Tampoco me parecía lugar para echarnos en cara que las familias desaparecen de la escuela, a mi en particular, con más de una entrevista familiar (de media) semanal, no me sienta bien.

    Y hay un punto que creo que hay que tener bien en cuenta, esas dos horas, que si sumas a la del año pasado son ya tres.

    Yo creo que se puede explicar que se hace bastante trabajo fuera de clase por cada hora dentro. Nos están aumentando la carga lectiva en más de un 17%

    Esas tres horas, suponen un curso más con 30 alumnos más y como bien sabes no es poco trabajo. El trabajo extra que hacemos, el que puede marcar la diferencia, es el que se va a resentir.

    No somos vagos ni incumplidores, no tenemos que tener miedo a los insultos infundados de gente que no hace su trabajo ni la mitad de bien que nosotros.

    ¿Cuánta gente está trabajando (por poner una cifra) el 95% del tiempo que está en su puesto de trabajo? ¿Cuántos trabajadores trabajan horas fuera además? ¿Cuántos hacen trabajo voluntario? Me indigno bastante.

    Creo que las tres horas más hay que lucharlas porque también van en contra de nuestros alumnos no solo de todos nuestros compañeros que se quedan sin trabajar ni los que con plaza no tienen destino hasta septiembre, ni los que sobramos en centros en los que hemos trabajado, etc.

    Gracias por tu labor y disculpa el comentario tan largo.

    P.

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  14. Pablo, muchas gracias por compartir tus opiniones y por transmitirlas con tanta claridad. Personalmente, me parece que oírnos unos a otros nos permite sumar ideas y acercar posiciones. Hay muchos aspectos de tu comentario que me llevan a una necesaria reflexión y que, desde luego, son profundamente relevantes. Un saludo, F.

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  15. Manolo, padre de Tres Cantos6 de agosto de 2011, 6:10

    Primero agradecimieto, ya que me identifico con J.L.Pazos y me apropio de los elogios que recibe.
    Y un matiz para justificar mi comentario: Hay un colectivo de padres, que excluidos de la pública, no hemos caído en la indecencia del concierto (Yo creo que a partir de 1980, todos en fraude de ley), y llevamos a nuestros hijos a instituciones de larga tradición en España (vienen desde Giner de los Rios, María de Maeztu (no Ramiro), Rosa Sensat, J.Aldecoa, incluida Marta Mata, la primera que presidió un Consejo Escolar Nacional en España), y que fueron iniciativas privadas, y que aportaron sus innovaciones a toda la educación española. Creemos en la Educación Pública, pero no podemos esperar a ese ideal, porque nuestros hijos crecen y la que hay no mejora rápido. Nos quitamos € 5.000 a 7.000, de ir a Disney y otras vacaciones caras y vamos tirando.
    Hojalá algún padre con concierto, presente recibos de pagos ilegales, y se les pueda perseguir a los que cobran y a los que pagan.
    Pero me parece, que negarnos a nosotros una pequeña desgrabación, es distanciarnos más de una institución (Pública), a la que estamos deseando volver.
    Manolo.

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  16. Opino que no deberíamos firmar el horario si realmente estamos con nuestros compañeros despedidos.

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